martes, 5 de julio de 2016

Poesía para chicos + agua/cero

El jueves 30 de junio, en el marco del seminario Literatura para Niños, Juego y Mediación que coordina la Dra. Cristina Blake, los docentes Carolina Mathieu, Gastón Figueiredo Cabanas y Franco Durante animaron una charla abierta que articuló la literatura, la narración oral y el arte de objetos. Los asistentes salimos con el libro agua/cero prendido del ojal.

«¿Qué representaciones sobre la poesía prevalecen en el ámbito escolar?». La pregunta de Gastón Figueiredo Cabanas apeló a la experiencia de un público heterogéneo, integrado por cursantes de los institutos de formación docente, alumnos del profesorado de la Universidad Nacional de La Plata, graduados y profesores. En función de las respuestas, dos sentidos parecen prevalecer: el que la asocia con el discurso romántico y el que pone el énfasis en la rima.

Figueiredo Cabanas, docente del nivel terciario y narrador oral, salió al cruce con la puesta en voz de algunos poemas de agua/cero, de María Teresa Andruetto. Su performance abrió otros sentidos para la poesía y desató nuevos interrogantes: ¿dónde encontramos poesía? A veces, para el docente atento, la poesía circula en los juegos, los cantos de sorteo, las retahílas y las ocurrencias del recreo.

Carolina Mathieu tomó la observación para presentar otra línea de diálogo: las consignas de invención. Sus reflexiones apuntaron a concretar la declamada aspiración de trabajar con los saberes previos de los alumnos. A través de ejemplos y análisis de casos, remarcó la necesidad de redactar estos dispositivos didácticos que lamamos «consignas de escritura» y  de  diseñarlos con atención a dos cualidades: la del obstáculo a superar y la de plataforma de despegue.  ¿Cuánto del mundo de los alumnos puede nutrir al docente para armar consignas innovadoras, que inauguren espacios para que los chicos se digan a sí mismos?

El corpus se amplió: Ver llover, Ser y parecer, Los espejos de Anaclara; una sucesión de títulos que profundizan la temática de la identidad. En ese momento, el escritorio  cubierto de libros de poesía se transformó en escenario para un homenaje a Gregorio Samsa.  Franco Durante sorprendió con un escarabajo creado a partir de un viejo cepillo de ropa, cuatro llaves y el freno de una bicicleta. Su particular intervención artística, centrada en la construcción de objetos a partir de la yuxtaposición surrealista de elementos disímiles, disparó la reflexión sobre el vínculo que mantenemos con los objetos y con la tecnología. Aunque el territorio tecnológico puede parecernos inexpugnable, Durante sostuvo que es relativamente sencillo de hakear, como atestiguó la plancha musical con teclado de portero eléctrico que ejecutó después.

Antes de cerrar con la narración oral de Cocorococó, Figueiredo Cabanas retomó poemas del libro agua/cero, como forma de enfatizar la materialidad sonora de la poesía. Durante dos horas, la desautomatización de los objetos y de las palabras permitieron vivenciar la potencialidad del lenguaje poético,  un lenguaje dentro del lenguaje, como aseguraba Paul Valèry.


Reseña crítica:
Abrir un libro para ir a jugar


Cuando el docente Gastón Figueiredo Cabanas oralizó algunos de los poemas de agua/cero, los asistentes a la jornada «Poesía para chicos y consignas de invención» que se realizó en la Facultad de Humanidades de la UNLP entendimos inmediatamente que se trataba de un texto juguetón. ¿Cómo está planteada la relación entre literatura y juego en este libro?

Agua/cero es una lluvia de ideas; un torrente de recursos proxémicos, sonoros y plásticos que vuelven indisociable la relación texto/imagen. Es que en verdad, la escritora María Teresa Andruetto y el ilustrador Guillermo Daghero son ambos los autores de esta propuesta lúdica.

Podemos inscribir el trabajo en la tradición de quienes han desarrollado la poesía visual y la poesía sonora, desde los caligramas de Appollinaire o el poema de las vocales de Rimbaud, hasta las intervenciones del platense Edgardo Antonio Vico. Sin embargo, muchos recursos también nos resultan familiares porque constituyen juegos populares, como la sopa de letras o la batata macabra.

La técnica del collage facilita la yuxtaposición de elementos disímiles, que desnaturalizan la percepción y multiplican los sentidos. Los autores han dejado pistas para descubrir, espacios en blanco en donde lo no dicho late como un signo de pregunta que habilita múltiples respuestas. ¿Acaso no es esa una manera de enseñar a leer literariamente?


Título: agua/cero
Escritora: María Teresa Andruetto
Ilustrador: Guillermo Daghero
Editorial: Comunicarte, 2007