«La poesía
como encantamiento» fue el título del taller que María Cristina Ramos coordinó
en la X Cita Internacional de Narradores Orales de Bahía Blanca. En ese espacio
realmente encantado que compartimos con Cristina, experimentamos las distintas
relaciones que se pueden tejer entre la narración oral y lo poético. Para esta
entrada del blog, destilo una: la poesía narrativa.
Incomodar la tradición
En las
rondas infantiles y en los cuentos tradicionales, el lobo tiene un rol asignado;
como al actor con cara de villano, casi siempre se lo convoca para representar
lo ominoso, lo amenazante, la maldad oscura.
Juguemos en el bosque
mientras el lobo no está,
que si el lobo aparece
enteros nos comerá.
Sin embargo,
desde hace varios años, algunos escritores se vienen preguntando: «¿Será tan así?».
Pensemos, por ejemplo, en las reescrituras contemporáneas de Caperucita Roja. Para empezar a tirar de la
punta del ovillo, menciono «Carta al lobo», en Oficio de palabrera, de Laura Devetach; o Habla el lobo, de Patricia Suárez… ¿Y qué más? Seguramente cada
cual podrá enriquecer la lista con otros títulos.
Juguemos en el bosque
mientras el lobo no está,
que si el lobo aparece
enteros nos comerá.
¿Lobo está?
Pareciera
que en este punto exacto de la ronda, María Cristina Ramos se hubiera detenido
y hubiera imaginado un silencio. Un
silencio productivo.
¿Lobo está?
…
Si el lobo
no responde ni está a la vista, lo imprevisible puede hacer de las suyas y
trastocar la estructura acumulativa que, a fuerza de insistir, fijó la ronda
tradicional. Creo para mí y lo comparto, que esa manera disruptiva y juguetona
de leer de Cristina Ramos, ese silencio preliminar hecho en la lectura de la
tradición infantil fecunda el poema narrativo ¿Dónde está?, editado por Macmillan con ilustraciones de María
Wernicke.
Claroscuros de un vulnerable
A diferencia
del lobo de Caperucita, este lobo
toma por el camino más largo, resguardado de la mirada de los demás habitantes
del bosque. El sendero largo es un trayecto de aprendizaje:
Saca del bolsillo,
en su verde cueva,
el lápiz mordido,
la carpeta nueva.
Se apoya en el árbol
y empieza a ensayar
la ele de lobo,
la eme de mar,
¿pero cómo era
la ese de sal?
(…)
Se levanta y anda
con mucho de pena;
pintado de sombra
llega hasta la escuela.
Campana de palo
en la entrada suena.
La figura
del lobo feroz se expande y complejiza con esta alusión a la
literatura gauchesca tan reconocible. En ella resuenan la caída del personaje de Martín Fierro,
su transformación en gaucho matrero, la denuncia de la desigualdad que vuelve
vulnerables a estas figuras marginales. Recuperemos la referencia en el canto «VIII»
de El gaucho Martín Fierro:
Para él son los calabozos,
para él las duras prisiones;
en su boca no hay razones,
aunque la razón le sobre,
que son campanas de palo
las razones de los pobres.
para él las duras prisiones;
en su boca no hay razones,
aunque la razón le sobre,
que son campanas de palo
las razones de los pobres.
Volvamos a
mirar a nuestro lobo. En el poema narrativo de Cristina Ramos no hay una
construcción maniquea del personaje, sino una transformación matizada y
contrahegemónica, claroscuros que la ilustradora respeta, recoge y desarrolla
con gran sutileza e inteligencia.
Escena escolar
¿Recuerdan
cuando aprendieron a dibujar la «S»? Dometicarla representa siempre un motivo
de celebración porque, como bien sabe el lobo, es la inicial que permite
nombrar elementos fundamentales de la vida… Sí:
Amigas ovejas
le llevan la mano;
las letras se amansan,
esconden su rabo.
De a poquito escribe:
sapo, sopa y sal,
y hace un gran dibujo
para completar.
La ternura y
el humor con que la voz poética construye al personaje del lobo feroz, la identificación
empática con un proceso de aprendizaje desafiante, como es el de la escritura, se
dejan intuir ya en la dedicatoria:
A los que atraviesan el bosque de la
escritura
y pelean, valientemente, contra las
letras difíciles.
A los que se van haciendo, poquito
a poco, amigos de las palabras.
Ficha técnica
Título: ¿Dónde está?
Texto: María Cristina Ramos
Ilustraciones y proyecto visual:
María Wernicke
Colección: Todos distintos
Editorial: Macmillan
Lugar: San Isidro
Año: 1.° edición, 2012
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