lunes, 6 de febrero de 2017

¿Libre elección en todas las estanterías? (Parte II)

Con esta imagen de la Biblioteca Infantil y Juvenil Juanito Laguna (Buenos Aires), les presento un extracto de la parte final del artículo de Nina Christensen.








Los niños como consumidores y actores

Pero ¿qué pasa con los niños? ¿No eligen por su cuenta? ¿Tienen los niños menos opciones que los adultos, quienes también en cierta medida dependen de lo que los editores deciden publicar, lo que las bibliotecas ofrecen o lo que pueden comprar? Si los adultos llevan a los pequeños a la biblioteca, les dan la oportunidad de ver una gran variedad de libros y, es de esperar, de influir también sobre los libros que se llevan a casa y se leen. En las bibliotecas escolares, todos los niños tienen la oportunidad de elegir los libros. En fin, los niños pueden, naturalmente, desear que les regalen libros o, incluso, pueden comprarlos. Pero, al igual que en otras áreas de consumo, es obvio que el niño no controla el dinero como los adultos.

Sin embargo, los niños siempre han encontrado formas de burlar la regulación adulta de su literatura. [...] A mediados de la década de 1950 hubo una oleada en torno a la llamada «literatura de kiosco», es decir, entre otras cosas, cómics de superhéroes que niños y jóvenes podían comprar a bajo precio, con lo que escapaban al control de los adultos. En ese momento, existía el temor a que los niños y los jóvenes fueran inspirados por los elementos violentos y los matices eróticos de las series, algo similar a la preocupación actual en relación con los juegos informáticos. Más recientemente, los niños formaban largas colas para obtener los libros de Harry Potter tan pronto como aparecían. Incluso, ante el asombro de los adultos, algunos insistían en leerlos en inglés, al tiempo que aprendían el idioma extranjero. En esas circunstancias, los niños se convirtieron, al mismo tiempo, en consumidores y actores de un mercado de libros infantiles que ha evolucionado para ser parte de una industria global, transmedial, donde interactúan libros, mercancías, películas y juegos.




La responsabilidad de los adultos como nexos entre el niño y la literatura

¿Qué hace con todo esto un adulto que quiera ser el enlace entre el niño y la literatura? Lo más importante, en mi opinión, es que los adultos sean conscientes de que uno asume una gran responsabilidad cuando elige en nombre de otro. En relación con la literatura infantil, esta responsabilidad implica que uno piense, en parte, en lo que está mediando y, en parte, en el destinatario. Los padres, abuelos y otras personas que le leen al niño eligen con frecuencia aquellos libros con los que tuvieron buenas experiencias. Es quizás por eso, entre otras cosas, que en la mayoría de las secciones infantiles de las librerías predominan las obras más antiguas, como las de Astrid Lindgren, Ole Lund Kirkegaard y H. C. Andersen. Tiene muchas ventajas que la literatura construya así un puente, no solo entre generaciones, sino también entre las obras antiguas y las nuevas. A través de la literatura más clásica, los niños pueden encontrarse con distintos estados de la lengua, géneros y temas, y pueden llegar a ser capaces de ver la relación entre la literatura antigua y los nuevos textos que leerán.

Pero el adulto facilitador también debe saber que la literatura cambia en diálogo con su tiempo. Hablar y escribir hoy no es como hacerlo en la época de Hans Christian Andersen [...]. En la década de 1970, las cuestiones ambientales, los roles de género y la incipiente oportunidad de escribir sobre la sexualidad de los jóvenes fueron temas centrales para la literatura infantil; mientras que elementos como la participación de Dinamarca en la guerra, la inseminación artificial o el impacto de los desarrollos digitales sobre los humanos recién ingresaron en nuestro tiempo. La literatura cambia, así mismo, bajo la influencia de otros medios de comunicación, y se podría argumentar que los niños tienen el derecho de asistir a las interpretaciones de sus contemporáneos a través de una literatura escrita para ellos en la misma época en la que están creciendo.

Los adultos que desean conocer una amplia gama de literatura infantil y juvenil tienen diferentes retos. El más importante es que cada año se publican más de 1500 nuevos títulos para los niños en Dinamarca, por lo que la oferta es enorme. Solo una fracción de todos estos libros se encuentran en las librerías, y una porción aún más pequeña se anuncia en los periódicos o en los sitios web. Una fuente de conocimiento está en los sitios web de las editoriales, pero las bibliotecas son y serán un muy buen punto de partida. Si un adulto –miembro de la familia, amigo o mediador profesional– lleva a un niño a la biblioteca, puede hacerse una idea de la variedad de libros existentes, y uno puede volver a casa tanto con los libros que el adulto quiere pedir prestados, como con los libros en los que el niño y el adulto coinciden, o con los libros que directamente le interesaron al niño.

Esto le da al niño la oportunidad de desarrollarse como lector y formar su propio gusto. Los estudios muestran que son principalmente las madres quienes tienen influencia sobre la lectura de los niños, tanto en lo que leen, como en cuánto leen, y no hay nada de malo en tratar de motivar a los demás ofreciéndoles algo que uno mismo considera bueno. Pero si el objetivo es hacer que el niño se interese en la literatura y en la lectura, es importante escuchar y partir de cada niño y de sus preferencias. Como era de esperar, los estudios evidencian, además, que los niños terminan de leer aquellos libros que ellos mismos eligieron. Seleccionar en nombre de otros requiere que uno sea consciente de su responsabilidad y reconozca que no todos –ya sea niños o adultos– tenemos los mismos gustos, incluso cuando se trata de literatura.



El extracto opera como cita. Tiene fines educativos y de divulgación. Fuente: 
Christensen, Nina, «Frit valg på alle hylder? Når voksne bestemmer, hvad børn skal læse» (fragmento). Creado el 19/12/2014. Traducción de Beatriz Petersen.  Versión completa disponible en http://www.litteratursiden.dk/artikler/frit-valg-paa-alle-hylder-naar-voksne-bestemmer-hvad-boern-skal-laese.



Entrada relacionada: « ¿Libre elección en todas las estanterías? Cuando los adultos deciden lo que los niños deben leer» Parte I.

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