Encontrarnos.
Compartir experiencias y pensamientos que nos instalen en un lugar de acción más
luminoso. Reconocer la vulnerabilidad humana y la potencia de la palabra.
Nombrar lo ríspido, lo doloroso. Emocionarnos, reír. La Biblioteca del MACLA (Museo de Arte
Contemporáneo Latinoamericano) cerró el ciclo de actividades 2018 con Sandra
Comino. Acá vuelan esas semillas generosas… Dónde y cuándo germinarán queda en manos de la libertad.
La presentación de
Sandra Comino fue abriendo pistas: los hitos de la literatura para niños en
Argentina (la explosión del libro álbum a principios de siglo XXI, la primacía
realista, los libros informativos de divulgación, el actual auge del relato
histórico); los autores de la tradición, los autores pioneros, los
contemporáneos; la necesidad de articular lectura literaria con teoría para
sostener la mediación; el cambio en el concepto de infancia; los tiempos del
escritor y los del editor; los dilemas en la selección de literatura para
chicos, entre otros.
¿Qué hago con el libro de Peppa Pig?
Justo un día antes del
encuentro con Sandra Comino, tensionada entre el deseo del hijito y su propio
criterio como lectora, una amiga preguntaba en la charla de sobremesa: «¿Qué
hago con el libro de Peppa Pig?». Quienes andamos por el campo de la literatura
para niños recibimos frecuentemente este tipo de inquietudes. Y viene a cuento recuperar la anécdota y
cruzarla con la charla del MACLA, porque Sandra agarró la punta de esta madeja,
con toda la pelusa que desata, y reflexionó sobre el proceso de construcción de
un lector literario, un proceso que lleva tiempo y que no podemos formatear
desde afuera sin considerar, también, el deseo del lector en formación.
Admitir el objetivo de
facilitarle al niño el acceso a materiales literarios de calidad no implica
necesariamente caer en una postura rígida o fundamentalista. Tal vez por eso, Sandra
evitó el maniqueísmo absoluto y recuperó de la memoria el texto de Aidan Chambers «¿Qué
hacemos con la basura?», en relación con aquellos textos catalogados
como «literatura basura». El capítulo traducido está disponible en el archivo digital
de la revista Imaginaria; tiene sus
años, pero expone un punto de vista claro, a partir del cual polemizar. Como caso
arquetípico de un material literario sospechado por la crítica pero que generó
sus efectos sorpresa, Sandra recordó al vapuleado Harry Potter que, pese a ser
desparejo, estimuló a muchos lectores a seguir la trilogía del Anillo y a
aventurarse por los confines de las sagas de Liliana Bodoc, tan bellamente
escritas. Y, agregaría, a ingresar en Narnia, otra saga muy bien escrita.
Ya que estamos, hago
la invitación para que busquen en este blog «¿Libre elección en todas las estanterías? Cuando los adultos deciden lo que los niños deben leer» (Partes I y II), entradas sobre un artículo de Nina Christensen en el que la especialista danesa expone una mirada
muy sólida y abierta acerca de estos planteos.
La receta universal,
esa que nos tranquilizaría a todos de una vez y para siempre, no existe.
Conocer al lector, su trayectoria de lectura, sus tiempos e intereses parece
fundamental para definir una acción mediadora situada y potente, que corra el
horizonte siempre un poco más allá.
¿Esto es para chicos?: el dilema puesto en escena
Casi tan frecuente
como la pregunta por la calidad literaria de los libros para chicos es la que
se interroga sobre la adecuación de los contenidos. En 2009 Sandra Comino
publicó Esto no es para vos (editorial
La Bohemia), un libro en el que analiza los tabúes restrictivos al momento de
seleccionar y de escribir libros para niños. Pero más que comentar este libro,
me interesaría compartir fragmentos de la escritura ficcional de la autora,
en donde estas tensiones se ponen en escena.
Así en la tierra es la primera novela escrita por Sandra. A
principios del 2018, dos décadas después de su publicación inicial, la
editorial cordobesa Comunicarte la reeditó dentro de la colección Veinte
Escalones, con tapa de la ilustradora Mónica Weiss.
La historia avanza en
un ida y vuelta entre el pasado de la primera generación de inmigrantes
italianos que se instalaron a trabajar en el campo argentino y el presente de
sus descendientes. Como en todo relato familiar, las alegrías se matizan con
los conflictos; y la vida, con la muerte. Pero la memoria de una familia está
ineludiblemente unida con la historia de uno o más lugares, y así, la trama se
atreve a nombrar las esperanzas colectivas y los dolorosos desencantos.
Angelina, la
protagonista, es hija de desaparecidos y vuelve al campo de su familia por
exigencia de una abuela con la que nunca se llevó bien. Una misteriosa inundación,
acompañada por inexplicables apariciones de los muertos familiares, prolonga la
estadía de Angelina, quien llevará adelante la investigación de los fenómenos.
El retorno al hogar convoca los recuerdos de la infancia, hace revivir las
voces de un pasado que es visto a través de los ojos de esa niña que fue
Angelina. Encontramos mucha ternura y humor en la reconstrucción de esta trama
que no elude los tabúes: hay muertos, hay deseo, hay desaparecidos y corruptos,
hay lecturas prohibidas:
Tía María, que a pesar de mimarnos era bastante
estricta con las novelas, una vez descubrió
que leía María a los doce y me dijo:
—¿Sabés cuándo leí esto yo? A los diecisiete
años. ¿Para qué te apurás?
Y así me quedaba sin finalizar decenas de
libros, aunque después de grande seguí sin entender el porqué de la
prohibición.
—Me gustan los que me hacen llorar —le dije.
Y me regaló Corazón.
Igual seguí robando de los otros. (65)
***
Fuimos a la vitrina y sacamos uno de los libros
rojos; hablaba de sexo y tenía dibujos. Era uno de los preferidos de tía Lía. Más
de una vez la había pescado leyendo esas cosas y ella cerraba el libro sin
decir nada. Lo leía a la hora de la siesta o de noche. La nona la amenazaba con
quemárselo si alguna vez «esa porquería» caía en manos de «los menores».
Tía Lía, después de que desaparecieron mamá y
papá, también quemó libros una noche, y
entre ellos estaba Un elefante ocupa mucho espacio, que tanto nos gustaba a mí
y a Juan. (68)
Ficha técnica
Título: Así en la tierra
Autora: Sandra
Comino
Colección: Veinte
Escalones
Editorial: Comunicarte
Lugar: Córdoba
Año: 2018
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Sitios para visitar
La charla de Sandra Comino fue organizada por Julia Martínez y contó con la presentación de Gabriela Purvis. Si quieren ver otras imágenes sobre este encuentro o buscar más información sobre las actividades de la biblio, pueden ingresar al Facebook Biblioteca de Arte del MACLA.
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