domingo, 23 de diciembre de 2018

Sandra Comino en el MACLA de La Plata


Encontrarnos. Compartir experiencias y pensamientos que nos instalen en un lugar de acción más luminoso. Reconocer la vulnerabilidad humana y la potencia de la palabra. Nombrar lo ríspido, lo doloroso. Emocionarnos, reír.  La Biblioteca del MACLA (Museo de Arte Contemporáneo Latinoamericano) cerró el ciclo de actividades 2018 con Sandra Comino. Acá vuelan esas semillas generosas… Dónde y cuándo germinarán queda en manos de la libertad.




La presentación de Sandra Comino fue abriendo pistas: los hitos de la literatura para niños en Argentina (la explosión del libro álbum a principios de siglo XXI, la primacía realista, los libros informativos de divulgación, el actual auge del relato histórico); los autores de la tradición, los autores pioneros, los contemporáneos; la necesidad de articular lectura literaria con teoría para sostener la mediación; el cambio en el concepto de infancia; los tiempos del escritor y los del editor; los dilemas en la selección de literatura para chicos, entre otros.


¿Qué hago con el libro de Peppa Pig?



Justo un día antes del encuentro con Sandra Comino, tensionada entre el deseo del hijito y su propio criterio como lectora, una amiga preguntaba en la charla de sobremesa: «¿Qué hago con el libro de Peppa Pig?». Quienes andamos por el campo de la literatura para niños recibimos frecuentemente este tipo de inquietudes.  Y viene a cuento recuperar la anécdota y cruzarla con la charla del MACLA, porque Sandra agarró la punta de esta madeja, con toda la pelusa que desata, y reflexionó sobre el proceso de construcción de un lector literario, un proceso que lleva tiempo y que no podemos formatear desde afuera sin considerar, también, el deseo del lector en formación.

Admitir el objetivo de facilitarle al niño el acceso a materiales literarios de calidad no implica necesariamente caer en una postura rígida o fundamentalista. Tal vez por eso, Sandra evitó el maniqueísmo absoluto y recuperó de la memoria el  texto de Aidan Chambers «¿Qué hacemos con la basura?», en relación con aquellos textos catalogados como «literatura basura». El capítulo traducido está disponible en el archivo digital de la revista Imaginaria; tiene sus años, pero expone un punto de vista claro, a partir del cual polemizar. Como caso arquetípico de un material literario sospechado por la crítica pero que generó sus efectos sorpresa, Sandra recordó al vapuleado Harry Potter que, pese a ser desparejo, estimuló a muchos lectores a seguir la trilogía del Anillo y a aventurarse por los confines de las sagas de Liliana Bodoc, tan bellamente escritas. Y, agregaría, a ingresar en Narnia, otra saga muy bien escrita.

Ya que estamos, hago la invitación para que busquen en este blog «¿Libre elección en todas las estanterías? Cuando los adultos deciden lo que los niños deben leer» (Partes I y II), entradas sobre un artículo de Nina Christensen en el que la especialista danesa expone una mirada muy sólida y abierta acerca de estos planteos.

La receta universal, esa que nos tranquilizaría a todos de una vez y para siempre, no existe. Conocer al lector, su trayectoria de lectura, sus tiempos e intereses parece fundamental para definir una acción mediadora situada y potente, que corra el horizonte siempre un poco más allá.


¿Esto es para chicos?: el dilema puesto en escena



Casi tan frecuente como la pregunta por la calidad literaria de los libros para chicos es la que se interroga sobre la adecuación de los contenidos. En 2009 Sandra Comino publicó Esto no es para vos (editorial La Bohemia), un libro en el que analiza los tabúes restrictivos al momento de seleccionar y de escribir libros para niños. Pero más que comentar este libro, me interesaría compartir fragmentos de la escritura ficcional de la autora, en donde estas tensiones se ponen en escena.

Así en la tierra es la primera novela escrita por Sandra. A principios del 2018, dos décadas después de su publicación inicial, la editorial cordobesa Comunicarte la reeditó dentro de la colección Veinte Escalones, con tapa de la ilustradora Mónica Weiss.

La historia avanza en un ida y vuelta entre el pasado de la primera generación de inmigrantes italianos que se instalaron a trabajar en el campo argentino y el presente de sus descendientes. Como en todo relato familiar, las alegrías se matizan con los conflictos; y la vida, con la muerte. Pero la memoria de una familia está ineludiblemente unida con la historia de uno o más lugares, y así, la trama se atreve a nombrar las esperanzas colectivas y los dolorosos desencantos.

Angelina, la protagonista, es hija de desaparecidos y vuelve al campo de su familia por exigencia de una abuela con la que nunca se llevó bien. Una misteriosa inundación, acompañada por inexplicables apariciones de los muertos familiares, prolonga la estadía de Angelina, quien llevará adelante la investigación de los fenómenos. El retorno al hogar convoca los recuerdos de la infancia, hace revivir las voces de un pasado que es visto a través de los ojos de esa niña que fue Angelina. Encontramos mucha ternura y humor en la reconstrucción de esta trama que no elude los tabúes: hay muertos, hay deseo, hay desaparecidos y corruptos, hay lecturas prohibidas:


Tía María, que a pesar de mimarnos era bastante estricta con las novelas, una vez  descubrió que leía María a los doce y me dijo:
—¿Sabés cuándo leí esto yo? A los diecisiete años. ¿Para qué te apurás?
Y así me quedaba sin finalizar decenas de libros, aunque después de grande seguí sin entender el porqué de la prohibición.
—Me gustan los que me hacen llorar —le dije.
Y me regaló Corazón. Igual seguí robando de los otros. (65)

***
Fuimos a la vitrina y sacamos uno de los libros rojos; hablaba de sexo y tenía dibujos. Era uno de los preferidos de tía Lía. Más de una vez la había pescado leyendo esas cosas y ella cerraba el libro sin decir nada. Lo leía a la hora de la siesta o de noche. La nona la amenazaba con quemárselo si alguna vez «esa porquería» caía en manos de «los menores».
Tía Lía, después de que desaparecieron mamá y papá,  también quemó libros una noche, y entre ellos estaba Un elefante ocupa mucho espacio, que tanto nos gustaba a mí y a Juan. (68)


Ficha técnica


Título: Así en la tierra
Autora: Sandra Comino
Colección: Veinte Escalones
Editorial: Comunicarte
Lugar: Córdoba
Año: 2018


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Sitios para visitar


La charla de Sandra Comino fue organizada por Julia Martínez y contó con la presentación de Gabriela Purvis. Si quieren ver otras imágenes sobre este encuentro o buscar más información sobre las actividades de la biblio, pueden ingresar al Facebook Biblioteca de Arte del MACLA.





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