El antihéroe más verde de la historia literaria rioplatense no
precisó insistir mucho para filtrarse en mi mochila. Traído directamente desde tierras uruguayas, protagonista de una prolífica racha de aventuras ilustradas por Daniel Soulier, portavoz de un humor ácido, dueño de una curiosidad implacable, acá le doy paso a Ruperto y me saco el sombrero ante esta recomendación que nos hizo Tabaré, cuando visitamos la biblioteca popular de Valizas.
Si repasamos algunos famosos lugares construidos por la
literatura latinoamericana, podemos mencionar los clásicos Macondo, de Gabriel García
Márquez, y Comala, de Juan Rulfo. También podemos aproximarnos al área
rioplatense y mencionar la Zona, de Juan José Saer; Santa María, de Juan Carlos
Onetti… y claro, el arroyo Solís Chico, de Roy Berocay, habitado por una fauna
parlanchina y revoltosa entre la que Ruperto, el detective de sombrero y gabardina, se empeña en descollar con su sapiencia, por ponerle un nombre apropiado a la sabiduría de
sapo que despliega en cada caso.
¡Ruperto insiste! reúne cuatro relatos imaginativos, ágiles
y humorísticos que pican donde rascar no ha aliviado nunca: la modernización
tardía, el amor imposible-imposible, el abuso detrás de ciertas demandas
estéticas y el poder que se juega a la hora de contar una historia. Los animo a que presten atención al
último cuento, en el que un giro metaficcional enfrenta al sapo con el escritor.
VIDEO: Roy Berocay sobre el sapo Ruperto
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