Uno de los
momentos más esperados de las Jornadas para Docentes y Mediadores es la Gran
Travesía, cuando una docena de grupos temáticos se lanzan a la aventura de
recorrer los puestos de las editoriales con el ánimo de descubrir perlitas
literarias. Este año volví a inscribirme en el grupo de poesía, maravillosamente
guiado por Lilia García Bazterra y Marta Polimeni. Si tuviera que elegir uno
solo entre todos los libros que nos meneaban la cola al pasar, elegiría Quiere a ese perro. No es una novedad
editorial, pero a veces cuesta encontrarlo y hay que usar mucho el olfato para dar
con él, como si fuera un hueso atesorado.
Para
ponernos en sintonía, va una breve sinopsis. En Quiere a ese perro nos asomamos al diario de Jack, un niño que no
está muy convencido de que la poesía sea algo para todos, y menos para varones, y menos si hay que mostrarla en clase.
Sin embargo, la audaz señorita Stretchberry provoca a sus alumnos con una
exquisita selección de lecturas poéticas y guía el proceso de escritura. Jack cuestiona,
intenta, se anima y, finalmente, disfruta de ese nuevo territorio descubierto.
Suele
decirse que la novela es el género que integra con mayor eficacia materiales
literarios diversos; es decir que, sin escándalo, dentro de una novela podemos
encontrar poemas, cartas, noticias, avisos y demás. Bueno, en el caso de Quiere a ese perro, la novela se dejó seducir de lleno por la poesía y decantó en verso. ¿Un género narrativo como la
novela, escrito enteramente en verso? ¿No sería más conveniente considerarlo un
poema narrativo? «¡Pero qué incomodidad!», podrían protestar los
fundamentalistas de las clasificaciones. En el sitio
oficial de Sharon Creech, la autora comenta esta particularidad:
P: ¿Qué te impulsó a escribir novelas en verso?
R: Quiere a ese perro salió así,
de mi cabeza a la página, para mi gran sorpresa. Fue tan liberador escribir de
esa forma. Aunque no todas las novelas que escribo se prestan para ser contadas
en verso, algunas –como Heartbeat y Hate That Cat, y ahora Moo– lo hacen.
P: ¿Cómo cambia tu proceso de escritura cuando escribís prosa y cuando
escribís una novela en verso?
R: El proceso de escritura es prácticamente el mismo, ya sea en prosa o
en verso. En los dos casos desarrollo un personaje y su universo en escenas
cortas que, cuando se agrupan, pintan una imagen más grande. Lo que difiere es
la voz, que es más lírica y condensada en verso.
Encuentro
en esa transgresión genérica dos aspectos fascinantes y muy significativos para
la historia que se cuenta. En primer lugar, la escritura en verso nos permite
apreciar que, aunque inicialmente se muestre reacio, Jack queda cautivado por
la poesía desde el minuto uno. El protagonista reniega de la poesía, pero
reniega en verso. Todo lo que registra en su diario personal está escrito de
ese modo.
En segundo
lugar, la superposición de la novela en verso con el diario personal, con
cartas, poemas y diálogos sugeridos me recuerda el desconcierto provocado por
la lectura de algunos tramos de Paterson,
de William Carlos Williams. Este escritor de la vanguardia estadounidense es el
primero de los poetas leídos, comentados, estudiados, emulados por Jack. No veo
en ese comienzo una casualidad, sino toda una declaración estética; diría que
en Quiere a ese perro «tanto depende
/ de» William Carlos Williams. Animo a que sigan tirando de esta punta porque
no solo conduce a lo metapoético y a la relectura del canon en inglés, sino
también al rescate de las infancias.
Fuente citada
Ficha técnica
Título: Quiere a ese perro
Autora: Sharon Creech
Ilustraciones: Alejandro Magallanes
Traducción: Cecilia Aura
Editorial: FCE
Lugar: México
Año: 5.°
reimpresión, 2017 (1.° edición en español 2004)
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